martes, 22 de septiembre de 2009
Me enamoré en Lisboa
1. Primer contacto. Cuando puse por primera vez los pies en Lisboa, él ya estaba allí. Sin embargo, aún no era más que una figura en la estación, uno de tantos transeúntes que pasaban sus horas viendo a los demás viajar. Desde su banco, creo que él también reparó en mí.
2. Encuentro en el tranvía. Recuerdo la piel de gallina cuando le volví a ver, al otro lado de la calzada. Inmediatamente quité la vista e intenté entrar a toda prisa en el tranvía. Él me hizo una seña, y yo no supe si huir, o quedarme.
3. Cita en la Plaza de Rossio. No sé cómo pudo esperarme tanto tiempo. Parecía que llevara allí toda la vida, cerca del puesto de castañas, haciéndome señales de humo, que a mí me producía pánico interpretar. El tiempo se detuvo en la plaza, Lisboa dejó de llevar su ritmo de ciudad cansada, para llevar el nuestro: un tropel de emociones que empezaban a surgir.
4. El beso. El día que decidí quedarme en Lisboa coincidió con ese primer beso. El primero sincero en tanto tiempo. Sentí cómo dejaba de ser aquel personaje que me había creado, para empezar a ser una persona real, de carne y hueso, llena de dudas, de miedos, y de unas ganas tremendas de querer.
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4 comentarios:
Me gusta mucho Ana, desde luego te sale la artista que llevas dentro por todos los poros.
Me gustan mucho las ilustraciones y el fotomontaje¡¡
No cambies nunca,
Un besazo, Raquel
¡qué pasada! me encanta!!Me encanta!
Por mucho que me lo explicaste en su día...nunca pensé que quedaría así!!!!felicidades!!!me he reido un poquito con la última..jajaja, ya..soy maligna. Te kiere Inesita!!
Que guay cielo!
A mo también me encanta! Me tengo que juntar más con vosotras, a ver si se me pega algo!
Además me encantó el tallercito el otro día. Nos tenemos que juntar más!
Besazo artista!
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